¿Pueden tener obsequios los huracanes y terremotos de la vida?

Incertidumbres, cambios, vacío y caos. 

Los últimos días hemos visto ciudades y personas sufrir la devastadora fuerza de la naturaleza a través de huracanes y terremotos perdiendo con ellos, tanto sus hogares, trabajos, salud y hasta la vida de seres queridos. 

Nunca estamos suficientemente preparados para este tipo de experiencias, sin embargo a través de los siglos, la humanidad ha vuelto a empezar de cero después de vivir estos desastres, naciones enteras incluso han sido capaces de renacer de las cenizas, quedando demostrado el potencial infinito que pueden tener las personas al sufrir un devastador momento. 

Cuando experimentamos otra forma de terremotos y huracanes, como la perdida de un hijo, la viudez temprana, el despido injustificado, una enfermedad crónica, un accidente trágico en la familia, el fin de una relación amorosa o un divorcio, una infidelidad de nuestra pareja, la perdida de un sueño o una meta por la que luchamos duramente, fracaso en un negocio, es natural experimentar un proceso de duelo. 

La renombrada psiquiatra Elizabeth Kubler Ross plantea que este proceso conlleva cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. La mayoría de los psiquiatras y psicólogos recomiendan que experimentemos a través del tiempo cada una de estas etapas y sintamos todo lo que ellas conllevan. Sin embargo, creo que el duelo puede regalarnos también no solo un tiempo de dolor, sino de crecimiento y aprendizaje más profundos que ningún libro, seminario, e inclusive práctica religiosa pueda brindarnos. ¿Por qué? Creo que el dolor nos lleva a un umbral único y especial cuando lo experimentamos con los ojos abiertos y no salimos huyendo de él. La mirada de las personas que han atravesado por el dolor es distinta a las de las que han estado huyendo de él. Por dentro despierta una mirada compasiva que es impresionante y una capacidad de no juzgar a los demás con tanta ligereza, pareciera que nunca más volverían a verse separados de los demás y de las cosas sensibles. Se dice que poseen una sensibilidad distinta y única debido a la experiencia dolorosa. 

Por lo general, no somos conscientes realmente que nuestra forma de mirar la realidad es más poderosa que la realidad misma. ¿Qué pasaría si en lugar de conformarnos con esperar que pase el tiempo y vivir el proceso de duelo, nos atreviéramos a mirar esa experiencia de dolor como el amigo que viene a abrir nuestra existencia para ser más plenos como seres humanos? Más allá de pensar en sacarle utilidad y algo positivo, ¿Qué tal si dado que todo es impermanente, la experiencia de perdida y dolor tuviera un propósito para ayudarnos a evolucionar más profunda y ampliamente como seres humanos en el universo de la vida a través de nuestras existencias personales? ¿Puede el dolor enseñarnos a tener más compasión y bondad con nosotros mismos o con los demás? ¿Es capaz el dolor de sacarnos de nuestro narcisismo y ceguera moral, emocional, espiritual…? ¿Es posible que el dolor tenga el poder de ayudarnos a descubrir los puntos ciegos que no podíamos ver sin que nos quitara la ceguera del exceso de confianza en nosotros mismos, el orgullo, la vanidad, la soberbia y la superficialidad con que vivimos nuestras vidas? ¿Tiene el dolor el poder de llevarnos a mirar por primera vez todo el miedo, enojo, celos, lujuria, egoísmo, avaricia, maldad que inundaban diversas áreas de nuestras vidas o simplemente ver más hondo en nosotros mismos y más ampliamente a los demás? 

A veces parece que viviéramos en fuga, sin ganas de detenernos, con ganas de lograr más, de conseguir nuevos retos, de obtener, de realizar, de hacer…y llegan de improviso estas experiencias dolorosas, que derrumban todo o gran parte de lo más valioso e importante para nosotros en nuestras vidas. La sociedad nos ayuda a adquirir este estilo de vida, el bienestar, lo rápido, lo espontáneo, consígalo en un clic, pareciera que las revistas de moda, los centros comerciales, la televisión nos dieran la seguridad que nunca nada llegará a cambiar nuestro orden, hasta que ocurren los huracanes y terremotos de la vida, terminando con la imposibilidad de evadirnos y salir huyendo de nosotros mismos. Nos sobrepasa el dolor y no sabemos cómo digerir tanta realidad tragada de un solo bocado. 

Inclusive el cuerpo se descompone, comemos en exceso o perdemos el apetito, sentimos nauseas, se colapsa nuestro sistema inmunológico, y “de la nada” aparecen todo tipo de enfermedades que nos sorprenden e incluso se desborda nuestro autocontrol y llevamos a cabo acciones que en nuestro sano juicio jamás pensamos que fuéramos capaces de realizar. ¿Qué propósito tienen estas devastadoras experiencias en nosotros como seres humanos? ¿Acaso tenemos que conformarnos con la triste fatalidad de la perdida? ¿Por qué nos ocurren estos eventos? Muchas de estas preguntas nos provoca la indigestión de realidad que nos tragamos cuando llegan las experiencias de dolor, sin embargo, también una capacidad de ver con luces más amplias la vida misma se van desarrollando.   

Obsequios escondidos aún en las perdidas. 
 Los huracanes y terremotos de la vida tienen el potencial de revelarnos nuestro verdadero yo. La monje budista, Pema Chodron, autora del libro “Cuando todo se derrumba” afirma “Tú eres el cielo, todo lo demás es solo el clima”, dándonos una señal importante respecto a que de alguna forma todo lo que nos acontece en la vida son como las nubes pasajeras y temporales. ¿Qué es lo que hay en nosotros que es el espacio donde surgen esas nubes? A nuestro ego en verdad le duele experimentar el dolor, no tener el control de la situación, “morir”… De nada sirvieron nuestras seguridades mentales, intelectuales, económicas, sociales, religiosas, racionales para protegernos del inevitable paso de las perdidas. Pero, es posible que si somos capaces de presenciar el dolor que experimentamos, tal como si fuéramos el cielo donde surgen las nubes, podamos entrar en contacto con nuestro ser más verdadero, nuestro yo profundo, la gran mente, la conciencia, el espacio no causal donde surge todo, convirtiendo con valor un momento difícil en una experiencia de crecimientos y aprendizajes e inclusive de renacimiento e innovación. 

 “Nada se va de nuestras vidas hasta que nos haya enseñado lo que necesitábamos aprender”, afirma Pema Chodron. Sea lo que sea que esté experimentando es mi maestro para crecer y aprender. He sacado algunas lecciones que me parece podrían ser útiles para todos cuando experimentamos las perdidas y sentimos los huracanes y terremotos por dentro, aquí las comparto: 

1. “Que todo se nos venga abajo es una prueba y también una especie de curación. Pensamos que la cuestión es pasar la prueba o superar el problema, pero en realidad las cosas no se resuelven. Las cosas se caen a pedazos y después estos se vuelven a juntar. Simplemente sucede así́. La curación proviene del hecho de dejar espacio para que todo esto ocurra: espacio para la pena, para el alivio, para la aflicción y para la alegría. Que libertad experimentamos cuando la vida nos quita las máscaras”. 

2. “No huyas del dolor, el caos nos brinda gratis una buena noticia: En tu momento presente el futuro está emergiendo de una manera nueva”. Abrazar el dolor es ser capaz de entrar a territorios novedosamente desconocidos. 

3. “El caos y el vacío son el espacio para reconocer los propios demonios e inseguridades. Abrazar los propios demonios con bondad, honestidad, compasión y valentía son las actitudes más liberadoras”. 

 4. “Juzgar bueno o malo los sentimientos es darle la espalda a una nueva forma de sonreír de la vida. Podemos pensar que algo nos va a producir placer, pero no sabemos qué va a ocurrir en realidad. Podemos pensar que algo nos va a hacer sufrir, pero tampoco lo sabemos con certeza. Lo más importante de todo es dejar sitio para el no saber”. Vivir con curiosidad las emociones durante el duelo es más liviano que mantenerlas reprimidas. 

 5. “Sé consciente del momento presente y acepta de todo corazón lo que estás sintiendo y experimentando, aún cuando sea el miedo”. 

6. “Estamos muy acostumbrados a huir de la incomodidad y somos muy predecibles. Si algo nos disgusta, golpeamos a alguien o nos castigamos a nosotros mismos. Queremos sentir seguridad y algún tipo de certeza, cuando en realidad no tenemos lugar donde apoyar los pies. Que gran libertad alcanzamos cuando dejamos de perseguir controlarlo todo.” 

7. “Nos aferramos a la esperanza, y la esperanza nos roba el momento presente. Seguir viviendo con la esperanza que un día llegue la felicidad es desperdiciar la belleza del presente.” 

8. “El ateísmo es tomar plena conciencia de que no hay ninguna niñera con la que puedas contar. Cuando consigues un buen niñero o niñera, al poco tiempo se va. El ateísmo es darse cuenta de que no son sólo las niñeras las que vienen y van. Toda la vida es así. Ésa es la verdad, y la verdad resulta incómoda. El coraje y el valor nos lo da vivir viendo cara a cara nuestros mayores temores”. 

9. “El contacto intimo con nuestros miedos hace colapsar nuestros dramas personales y con ello nos abre al mundo que esperaba llegar a nosotros. Que débiles y fragiles eran nuestras máscaras falsas de seguridad y cuan fuerte es nuestro gran yo, no sometido a nada ni a nadie”. 

10. El miedo a sentir el dolor es más difícil que la situación de perdida que atravesamos y ese miedo puede ser a veces desperdiciado por no atrevernos a sentir el dolor. Vivir a contra marcha es una forma de suicidio que cometemos si nos negamos a vivir a plenitud el dolor. 

11. Sin miedo al dolor podemos experimentar la vida desde el corazón que es vivir la compasión más plena que reside en nosotros. Permanecer clavados con nuestro dolor y nuestros dramas en el momento presente abre nuestro ser a experiencias humanas más profundas de lo que imaginábamos. 

12. La única vez que podemos estar plenamente seguros de lo que está ocurriendo es cuando nos quitan la alfombra de debajo de los pies y no encontramos dónde aterrizar. Podemos emplear estas situaciones para despertar o para echarnos a dormir. Este momento —este mismo instante sin base ni lugar al que aferrarse— es la semilla para cuidar de aquellos que necesitan nuestros cuidados y para descubrir nuestra bondad. Permanecer en esa agitación —permanecer con el corazón roto, con el estómago revuelto, con el sentimiento de estar desvalido y queriendo venganza—, ésa es la senda del verdadero despertar. Adherirse a esa incertidumbre, pillarle el truco a relajarse en medio del caos, aprender a no tener pánico: ésta es la senda espiritual. Desarrollar la habilidad de pillarnos a nosotros mismos, de pillarnos bondadosa y compasivamente: ésta es la senda del guerrero. Atraparnos una y otra vez, nos guste o no, cada vez que estemos aferrándonos al resentimiento, a la amargura o a la justa indignación, y cada vez que estemos aferrándonos a lo que sea, incluso a la sensación de alivio o al sentimiento de estar inspirados. 

Experimentar nuestra propia fragilidad y fortaleza sin necesidad de hacernos daño a nosotros mismos y a los demás, aún sin tener la excusa de etiquetarnos que lo hacemos por que estábamos atravesando por el duelo, es honrar con honestidad y verdad la vida misma. Nunca dejamos de perder, pues la vida desde el mismo instante que entramos en ella, la única cosa que nos garantiza es que de ella no saldremos vivos, por ende como dice la caricatura el personaje de Snoopy, un día moriremos, “sí pero los otros días no”, y saber morir es también saber vivir las limitaciones y vicisitudes de la vida con arte. 

Continuamente a través de los contratiempos y dificultades diarias, escojo descubrir más puntos ciegos que desconocía acerca de mi potencial para amar, ser bondadoso y compasivo conmigo mismo y con los otros, a veces puedo convertirlos en puntos de fortaleza y nuevos recursos, a veces me asusto de esos territorios desconocidos y postergo enfrentarme a ellos sabiendo que siempre vuelven hasta que decido tomar la lección. 

Es imposible evitar la muerte y el dolor, no podemos vivir cerrados, bloqueados, estancados y permanecer luchando contra el caos y cuando todo se derrumba, la sombra es parte de la luz y viceversa. Tarde que temprano nos llega el infortunio disfrazado de mil maneras, sin embargo haz de saber que no tienes que luchar contra el mundo, las perdidas tienen el poder despertarnos para que no desaprovechemos todos los recursos, posibilidades y capacidades que tenemos justo enfrente de nuestras narices o debajo de nuestro asiento. 

Es un lujo derrochar tiempo y recursos esperando a que sean otros los que vengan a salvarnos en lugar de tomar el camino y abrazar nuestra historia con todos sus capítulos cuando nos visitan las crisis. No estamos determinados a vivir aislados estas experiencias. Siempre ayuda compartir esos días grises con alguien. Si conoces personas que estén viviendo estas transiciones en su vida, no dudes en referirle un coach, consejero u orientador. La depresión, el consumo de alcohol y drogas, el suicidio, y el vivir por vivir, destrozar tu hogar, lastimar a las personas en el trabajo siendo autoritarios y crueles, o permanecer en el vacío sin sentido, no son la única salida. 

 “El miedo es la reacción más natural al acercarse a la verdad”,
Pema Chodron. 

Sin importar la clase de sufrimiento que estés atravesando, de seguro oculta un gran obsequio para ti. Feliz viaje al encuentro con tu verdad! 

Por: Rodolfo Caballero Rivera.
Me encanta ayudar acompañando como Coach y Orientador Familiar, he tenido experiencia con personas que atraviesan procesos de adicciones, divorcios, luto, desempleo por largas temporadas y enfermedades largas. Procuro a través de conversaciones profundas brindar apoyo, escucha comprensiva, guía y fortaleza. A menudo realizo retiros y talleres vivenciales para ejecutivos en lugares retirados y charlas en empresas para ayudar a muchos trabajadores a descubrir cómo vivir más plenamente sus vidas y aprovechar, aún a pesar de estar atravesando un duelo o una perdida, todas las riquezas que poseen tanto ellos como sus negocios. Si estás interesado, me puedes contactar al 507-66155137 o por email a rodcab13@gmail.com y ver mis perfiles en las redes sociales de Facebook, Twiter(@rodcab13), Linkedin e Instagram.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SI EL PUEBLO CAMBIA TODO CAMBIA.

¿Es posible una política más elevada?

¿Es posible ser sabios?